
Harry llama a Marion en Requiem for a dream de Darren Aronofsky
—Hola.
— ¿Marion?
— ¿Harry?
—Marion, He pensado mucho en ti ...¿Estas bien?
— ¿Cuando vas a venir a casa?
—Pronto.
— ¿Cuando?
—Pronto, lo sabrás ¿de acuerdo?
—Harry, ¿podrías venir hoy?
—Sí..... sí, sí... iré, iré hoy ... sólo espera por mí ¿sí?
—Esta bien, Harry.
—Volveré, Marion.
—Sí.
— ¿Marion?
—Sí
—Lo siento.
—Lo sé.
Guzman llama a Angela Un mundo infiel de Julián Herbert
—Ya contesté, mamá, ¿bueno?... Guz.
—Angelito.
—Aquí estoy, amor.
—No tengo nada que decirte, Ángela. Hablé nada más para eso.
—¿Estás bien?
—Sí. Más o menos.
—¿Cómo estuvo la fiesta?
—No estuvo mal. El mariachi era bueno. Pero luego comenzó a llover durísimo y todo mundo salió corriendo.
—Acá más bien hizo frío. Estamos a cinco grados. No llovió.
—Acá estamos como a doce.
—¿Quieres que vaya por ti?
—Yo soy la que trae el coche.
—¿Segura que no quieres nada?
—No. Ahorita no quiero nada.
—Sale, pues. Nos vemos más tarde.
—Sale...Oye, Guz ¿te acuerdas de esa vez, cuando éramos novios, en que estábamos como a dos grados y se me descompuso el bóiler, y yo me bañe con agua fría porque habíamos quedado de salir a bailar?... ¿Te acuerdas?
—No. No me acuerdo.
—Claro que te acuerdas, hombre. Siempre que hace frío te reprocho que me dejaste plantada y encima casi me da una neumonía. Y tú siempre dices lo mismo que no lo recuerdas.
—Sí, creo que tienes razón. Pero de deveras no me acuerdo. A ver cuéntame más
—No, no: al contrario. Sólo quería prometerte no volver a mencionarlo nunca.
Cuki llama a Midyet en La vida sin Pixie de Ruy Xoconostle
— ¿Bueno?
Pausa
—
Bueno. —Hola.
—
Hola. — ¿Dónde estás?
Pausa
—
No sé Pausa
—
¿Qué haces ahí? —Madre me invitó a cenar.
—
Ah. Pausa. Una Larga pausa
—
¿Vas a estar mucho rato? —¿Por qué?
Pausa
—
Podría ir. Podríamos hablar. Pausa
—No se si sea muy buena idea.
Pausa.
—Como quieras.
Pausa
—
Si quiero. —Okey.
—
Te veo al rato entonces. —Okey. Un beso. —Midyet se estremece al decir lo último.
Pausa.
—
Beso.Clic.
Rul llama a Ela en Robots morados de Israel Flores
—Hola
—¿Cómo estas?
—Bien ¿y tu? ¿Dónde estas?
— Pues aquí en mi casa. Estaba...
—Te quiero mucho, un chingo.
—Yo también te quiero mucho, aunque eres un pendejo.
—Ya sé.
—¿Crees que podriamso quedar para algo algun dia? ¿salir o así?
—Tal vez...Tengo que decirte algo.
—¿Qué pasa?
—Me voy, tengo que encontrar a mi padre.
—¿Ya no te voy a ver?
—Estoy en el aeropuerto.
—¿Y cuándo vuelves?
—No lo sé, tal vez nunca.
—Pero, Rul , te estoy diciendo que te quiero, ¿no es eso lo que querías oír? ¿no necesitabas eso para que pudiéramos estar bien? ¿No lo estuviste pidiendo por casi un año?
—Es tarde, Ela, ya anunciaron mi vuelo.
—No Raúl, ¡no te puedes ir!
—No sé que decirte.
—Pues, tal vez que vas a volver, que me quieres y que un día vamos a estar juntos, que vas a hacer algo por mí, por nosotros.
—No te puedo prometer nada.
—Jodete, Raúl.