jueves, 17 de diciembre de 2009

Llévame contigo

Dicen que se volvió loco, que dormía con un maniquí que le recordaba su amor perdido,
Que morir de amor, pensaba, era un acto heroico,
Que dejó de comer, los ojos se le hundieron en las ojeras y que al quedarle la ropa tan grande parecía un homeless,
Que el otro lo dejó sin dejar nota, que nomás amaneció y en su lugar encontró almohadas,
Que el que era su amado nunca le recriminó nada, nunca se quejó de nada, sólo desapareció un día.
Dicen que el "novio" está en España, que tiene una esposa, que se hizo millonario y que es feliz allá.
Eso dicen, lo que a ciencia cierta sé es que los titulares dicen:
Ese hombre se murió de amor

domingo, 6 de diciembre de 2009

Sleepy Random Homesick

Recuerdo que solía platicar, antes de dormirme, con mi hermano (compartíamos el cuarto, ahora no me da pena decirlo). Eran las pocas oportunidades que teníamos de hablar de cualquier cosa: comics (¡A huevo!), películas, videojuegos, familia y ocasionalmente le sacaba información de su novia (¡jijijiji!). Era muy chido y todo terminaba cuando uno de los dos ya no contestaba nada, asumíamos que el otro se había dormido y ya.

Recuerdo que mi madre planchaba todas las camisas de mi padre el domingo: el lunes por la mañana, él partía a su trabajo fuera de la cuidad y no regresaba sino una semana después.

Recuerdo que mi mamá se dormía con nosotros cuando mi papa no estaba y nos quedábamos en el cuarto los cuatro: la bebé en su cuna; mi hermano y yo juntábamos las camas y mi madre dormía en medio de los dos. Nos contaba cuentos de hadas para que nos durmiéramos pero resultaban teniendo mas efecto sobre ella:
--Y entonces Blancanieves mordió la manzana y ...Zzzzzz
--¡Mami!
--¿Qué?
--¿Qué pasó después? (en realidad yo sabía que pasaba después pero quería oírlo de su boca)
-- Pues la zapatilla le quedo a la medida, se casó con el príncipe y vivieron felices para siempre ...Zzzz

Ahora la bebé tiene 17 años y estudia en Monterrey, yo en Guadalajara. Pienso que es el curso natural de las familias (como seres vivos) el cambiar y modificarse ...Pero la verdad sí los extraño

domingo, 29 de noviembre de 2009

La ceiba, el árbol de la vida :)

¿Qué será de la ceiba que compré hace tanto?
Tal vez murió. Es una lástima porque era bonita.
Cuando la adquirí crecía mucho, pues claro, tenía los metodos, ahora no lo creo: todos sabíamos que su maceta era muy pequeña y que no podría resisitir cuando de verdad se necesitara.
La verdad no me importa. Si se muere pues habrá muchas más, sobre todo aqui en Guadalajara. Lo difícil sería encontrar una maceta tan fashion como esa, pero ceibas a huevo que si.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Algunas conclusiones del IV Congreso de Salud Mental UdeG


I
El gobierno federal: "Trabajando para que la droga no llegue tus hijos"

Flavio Melendez: "¿Y por qué el desempleo, la pobreza, la educación de mala calidad y el futuro incierto sí llegan a mis hijos? La política es un negocio de vidas"

Señora del publico: " Pero de drogadictos no se van a morir"

II
Eduardo Hernandez:
"Locura: Perdida de control del propio comportamiento.
Enojo: Negar la realidad.
Enamoramiento: Trastorno mental temporal que disminuye la capacidad intelectual, a veces causa salivación excesiva.
Madriza: Acción violenta que una madre ejerce con su hijo."

III
UdeG:"Piensa y Trabaja"

martes, 17 de noviembre de 2009

En el Andador Escorza


Cuando salgo a de la escuela a las siete, veo a unos niños en el parque, un grupo que se reúne en torno al que llaman maestro, les enseñan los derechos de los niños o están jugando al futbol, no sé exactamente de que se trata pero tengo la impresión de que reclutan niños de la calle o niños que trabajan para llevarlos a albergues o algo así.
Me hace sentir muy bien verlos, aunque yo no participo ni en la enseñanza, ni en el reclutamiento ni en nada, pero me llena tanto saber que existen personas que de verdad generan cambios en la vida de los que no han tenido tanta fortuna como nosotros. Porque todos podemos hacer algo por los que necesitan más pero no siempre generar cambios: tal vez el payaso que venía hoy en el camión ya se bebió mi uno cincuenta que con tanta fe le di.
Me siento mal porque no pude indagar más por la vergüenza, maldita sea.
Aun así sé que están ahí, en algún lugar, todos los días.
Fuck! mataría por saber más de ellos.

sábado, 24 de octubre de 2009

¿Qué significa seguir?

Al abrir mi cuenta de Blogger me encontré este singular mensaje. Bueno, mi querido blog, seguir significa agarrarse los huevitos una y otra vez cuando tienes la cara tan llena de lagrimas que parece haber llovido, sientes que por el esfuerzo has empezado a sangrar y tu espalda está tan deforme que pareces dinosaurio.
Seguir es eso, que apesar de todo estés, que a pesar de las cochinadas que la gente trate de hacerte, a pesar de que te intenten destruir, e incluso cuando sientes que ya no queda nada para que destruyan, tu estés, ahi, asi de firme como siempre, con una pinche cara de estatua siempre apacible.
Y que a pesar de todo tengas cara para darle tu mejor sonrisa a esos que te han traicionado, no una, sino todas las veces que han tenido oportunidad.
Eso, mi querido blogger, significa seguir

lunes, 5 de octubre de 2009

¿Para todos?

El viernes pasado asistí a la celebración del segundo aniversario de "Cuidad para todos" una organización civil que se encarga de atacar problemas relacionados con el urbanismo. El evento, situado en una zona nice, en un antro nice, se veía bastante elitista. Y mientras uno de los activistas le pedía a mi roomie que exigiera sus vacaciones de ley (que le deben desde hace dos años), me puse a pensar que si bien la cuidad es para todos, ni las fiestas, ni la cheve (entiendase cerveza) de estos "amigos" eran para todos: las personas se aglomeraban en pequeños grupos herméticos y nos veían (a nuestro grupo) como si fueramos de otro país (aunque de ser extranjeros nos tratarían mejor).
La fiesta llegó a su punto más espectacular cuando detuvieron la deplorable musica (noventera) y se pusieron a dar los agradecimientos a Anapau, a Marifer, a Dany, a Charlie y a Roger que todo el mundo admira, no sólo por su labor altruista, sino por su sencilleza y sus ganas de ayudar a toda la la gente sin distinción. Volví a pensar que no todos tenemos el privilegio de ser activistas, sólo aquellos que tienen el dinero (muchas veces proporcionado por los amados padres) pueden llegar a serlo. Ni si quiera dispongo del tiempo para protestar por algo, tampoco los contactos que me salven si llego a caer en la cárcel. Me gustaría protestar por muchas cosas como lo hacen aqui, pero me encuentro atado de manos al vivir de una beca, estudiar en una escuela de gobierno y no tener en la alacena mas que una lata de atún.
Sin duda la cuidad es para todos pero estratificada y asi como hay marcas exclusivas, asi ser activista tambien es un lujo.

Pagina de Ciudad para todos

viernes, 7 de agosto de 2009

Algo:

"Todo va a estar bien". Mira ke los gringos siempre lo dicen y yo pensaba "pinches pendejos" pero en verdad es cierto. A veces las cosas están muy jodidas pero de rato se componen, como un extraño rompecabezas, y ves como todo toma sentido de pronto. Por ejemplo en este momento que tengo una revolvición de estómago y no sé ni por qué.

"Things we lose have a way of coming back to us in the end... if not allways in the way we expect"
JK Rowling

martes, 28 de julio de 2009

Noche de trenes: Desde Saltillo


La primera vez que viajé en el clásico ferrocarril resultó ser también la última: los trenes de pasajeros fueron clausurados días después. Yo era tan pequeño que mi hermana menor todavía ni en planes estaba. Mi madre, fanática de los ahorros, sólo compró dos asientos para ella, padre, hermano de cuatro años y yo. El tren partió de Saltillo hacia Sabinas donde mi abuela vivía. El viaje, que nos tomaría en carro cuatro horas, en tren se convirtió en una pesadilla de ocho.

Asomándome a la ventana veía pasar tan lentos los postes de luz que me sentía capaz de bajarme, caminar al lado del tren un rato y luego subir de un brinco. El clima de aquel verano se sentía más horrible en los asientos aterciopelados, el pasillo pequeñísimo y las ventanas por donde casi no entraba aire. Como tenía seis años, mis recuerdos se mezclan con la escenas de tren de las películas: no se si me bajé del tren y caminé o si había vendedores de comida hindú y unos bandidos recorriendo el techo.

Después de eso y por muchos años, los únicos trenes de pasajeros que hubo en el país fueron los metros de Monterrey, de la Cuidad de México y de Guadalajara. En Chihuahua sobrevivía un tren de pasajeros pero nunca fui, al tiempo se extinguió junto con los tarahumaras.

Ahora las cosas son más sencillas. Ir al centro de Monterrey desde Saltillo, me toma media hora. El tren de alta velocidad nos facilitó la vida uniendo a la metrópoli desde hace cuatro años. Uno paga los cuatro dólares, entra al andén y al subir escoge su lugar. Cuando el tren arranca las cosas pasan tan rápido por la ventana que apenas son manchas. La gente viaja ligero porque muchos trabajamos en Monterrey y vivimos en Saltillo, una ciudad, que si bien no es chica, es tranquila y más fresca. Usualmente pongo en mi chip del oído música de antaño, de mis años pubertosos: La desaparecida Britney Spears y Madonna que a sus 70 años sigue cantando aunque ya no es lo mismo que antes. Me gusta oir esa música que contrasta con la modernidad de la metrópoli: los rascacielos de Saltillo, las amplias unidades habitacionales de Nueva Santa Catarina y la estación espacial de San Pedro

Pero ayer el tren se detuvo de repente, una robot que vendía comida fue a dar hasta el final de pasillo con el enfrenón: pude ver su cara de preocupación. Era la primera vez que el tren se detenía desde su inauguración cuatro años atrás. Había un problema en las vías: un robot gigante se había caído en ellas dificultando la circulación. Cuando arreglaron el problema pasamos al lado de los restos de robot, hacía veinte años que no veía robots gigantes, desde que los pasaban en la tele, y desde hace como cuarenta que no veía pasar tan lento los postes que me sentía capaz de bajarme, caminar al lado del tren un rato y luego subir de un brinco.

lunes, 20 de julio de 2009

Breakfast at Tiffany's


Paul: Holly, estoy enamorado de ti.

Holly: Y qué.

Paul: ¿Y qué? Te amo, perteneces a mí.

Holly: No. Las personas no pertenecen a otras personas.

Paul: Claro que sí.

Holly: No voy a dejar que nadie me ponga en una jaula.

Paul: No quiero ponerte en una jaula, quiero amarte.

Holly: Es lo mismo.

Paul: No, no lo es, Holly.

Holly: No soy Holly, no soy Lullaby, no se quien soy, soy como el gato: un par de infelices sin nombre, no pertenecemos a nadie, nadie nos pertenece, ni siquiera nos pertenecemos el uno al otro.

Paul: ¿Sabes que es lo que esta mal contigo, señorita Quien-quiera-que-seas? Eres un cobarde, no tienes agallas. Tienes miedo de sacar tu barbilla y decir “Okey, la vida es una realidad, la gente se enamora, las personas se pertenecen las unas a otras porque esa es la única oportunidad que alguien tiene para alcanzar la verdadera felicidad". Te consideras un espíritu libre, un ser salvaje y tienes miedo de que alguien pueda meterte en una jaula. Bueno, baby, ya estás en una jaula, la construiste tu misma, esta dondequiera que vayas. Porque no importa a donde corras, siempre terminaras tropezando contigo mismo.

domingo, 5 de julio de 2009

La llamada final



Harry llama a Marion en Requiem for a dream de Darren Aronofsky

—Hola.
— ¿Marion?
— ¿Harry?
—Marion, He pensado mucho en ti ...¿Estas bien?
— ¿Cuando vas a venir a casa?
—Pronto.
— ¿Cuando?
—Pronto, lo sabrás ¿de acuerdo?
—Harry, ¿podrías venir hoy?
—Sí..... sí, sí... iré, iré hoy ... sólo espera por mí ¿sí?
—Esta bien, Harry.
—Volveré, Marion.
—Sí.
— ¿Marion?
—Sí
—Lo siento.
—Lo sé.


Guzman llama a Angela Un mundo infiel de Julián Herbert

—Ya contesté, mamá, ¿bueno?... Guz.
—Angelito.
—Aquí estoy, amor.
—No tengo nada que decirte, Ángela. Hablé nada más para eso.
—¿Estás bien?
—Sí. Más o menos.
—¿Cómo estuvo la fiesta?
—No estuvo mal. El mariachi era bueno. Pero luego comenzó a llover durísimo y todo mundo salió corriendo.
—Acá más bien hizo frío. Estamos a cinco grados. No llovió.
—Acá estamos como a doce.
—¿Quieres que vaya por ti?
—Yo soy la que trae el coche.
—¿Segura que no quieres nada?
—No. Ahorita no quiero nada.
—Sale, pues. Nos vemos más tarde.
—Sale...Oye, Guz ¿te acuerdas de esa vez, cuando éramos novios, en que estábamos como a dos grados y se me descompuso el bóiler, y yo me bañe con agua fría porque habíamos quedado de salir a bailar?... ¿Te acuerdas?
—No. No me acuerdo.
—Claro que te acuerdas, hombre. Siempre que hace frío te reprocho que me dejaste plantada y encima casi me da una neumonía. Y tú siempre dices lo mismo que no lo recuerdas.
—Sí, creo que tienes razón. Pero de deveras no me acuerdo. A ver cuéntame más
—No, no: al contrario. Sólo quería prometerte no volver a mencionarlo nunca.


Cuki llama a Midyet en La vida sin Pixie de Ruy Xoconostle

— ¿Bueno?
Pausa
Bueno.
—Hola.
Hola.
— ¿Dónde estás?
Pausa
No sé
Pausa
¿Qué haces ahí?
—Madre me invitó a cenar.
Ah.
Pausa. Una Larga pausa
¿Vas a estar mucho rato?
—¿Por qué?
Pausa
Podría ir. Podríamos hablar.
Pausa
—No se si sea muy buena idea.
Pausa.
—Como quieras.
Pausa
Si quiero.
—Okey.
Te veo al rato entonces.
—Okey. Un beso. —Midyet se estremece al decir lo último.
Pausa.
Beso.
Clic.


Rul llama a Ela en Robots morados de Israel Flores

—Hola
—¿Cómo estas?
—Bien ¿y tu? ¿Dónde estas?
— Pues aquí en mi casa. Estaba...
—Te quiero mucho, un chingo.
—Yo también te quiero mucho, aunque eres un pendejo.
—Ya sé.
—¿Crees que podriamso quedar para algo algun dia? ¿salir o así?
—Tal vez...Tengo que decirte algo.
—¿Qué pasa?
—Me voy, tengo que encontrar a mi padre.
—¿Ya no te voy a ver?
—Estoy en el aeropuerto.
—¿Y cuándo vuelves?
—No lo sé, tal vez nunca.
—Pero, Rul , te estoy diciendo que te quiero, ¿no es eso lo que querías oír? ¿no necesitabas eso para que pudiéramos estar bien? ¿No lo estuviste pidiendo por casi un año?
—Es tarde, Ela, ya anunciaron mi vuelo.
—No Raúl, ¡no te puedes ir!
—No sé que decirte.
—Pues, tal vez que vas a volver, que me quieres y que un día vamos a estar juntos, que vas a hacer algo por mí, por nosotros.
—No te puedo prometer nada.
—Jodete, Raúl.

La cuidad osa

La ciudad como siempre y yo como la ciudad: sola, triste, gris y abandonada. Nada logra cambiar su aspecto ni el mío. Me gustaría no encontrarme en la ciudad, ni en mi misma, ni en ningún lugar. Miro la cuidad: aquí no hay nada. Miro a todos los que conocemos, a los que se han ido. Saltillo apesta, por eso Marcelo se fue. Como estoy en Saltillo pues apesto y en esta apestosa realidad no cabe mi mundo de novela porque la vida es tres veces más hardcore.
Hubiera dado todo por él pero era muy güey para verlo. Su calor me bastaba y ahora no encuentro la paz en nada de lo que hago. No puedo llegar a ninguna esquina sin terminar mal. Cuando se fue sentí que me moría y desde ese momento me he muerto muchas veces pero nada lo traerá de vuelta.
Creo que caminamos, siempre, todos los días. Él caminó y se fue, nosotros aquí nos atascamos. Al caminar arrastro un bulto invisible que es Marcelo, como un costal que se ha podrido y la gente me mira como a un vagabundo.
Se me dificulta respirar cada vez que lo recuerdo, me duelen las mandibulas de callar lo que siento. Lloro en el trabajo, en la cama, en el baño, en el camión que me lleva a la casa, e incluso he corrido la tinta de estas páginas al escribirlas.

Luego de un tiempo decidí ir a verlo: la lápida era una loza de piedra con el borde redondeado, como las gringas. Le dije todo lo que sentía por él, que lo amaba y que no me importaba que no regresara, que no se sintiera comprometido a mis sentimientos, que lo amaba sin importar que no me correspondiera y que no tenia que preocuparse por mí. Después de eso lo amé unos años más y al final lo dejé seguir su camino.

martes, 30 de junio de 2009

¿QUÉ CLASE DE LIBROS ESCRIBE UN PUNK EN 2011?

Ladrón de sueños es el título de la última novela de Bernardo Fernández, en donde un insecto robótico con forma de mosquito gigante merodea la cuidad de México en busca de pesadillas de los niños de quienes extrae los sueños desagradables para llevarlos a un laboratorio donde servirán de muestra para desarrollar videojuegos aterrorizantes.
Bernardo Fernández quien actualmente tiene treinta y seis años, algunas novelas, otros tantos cómics publicados y una hija recién nacida, nos habla de un futuro más bien personal al presentar como protagonista a una niña de doce años hija de un novelista punk de ciencia ficción.
La novela fue publicada en el 2008 pero se ubica en un futuro no muy lejano, trata la historia de una niña adicta a los videojuegos y un científico que busca robar pesadillas de los niños para crear mejores videojuegos. La historia se ubica en la Cuidad de México del futuro y los sucesos de la novela tienen lugar en apenas un día y una noche, aunque se incluye un flashfoward y un epilogo donde todos son felices.
Ya en las primeras paginas, la niña defiende la obra de su padre y de paso la de Bef, su creador, cuando en la pagina treinta y seis el maestro de español la regaña con motivo del desconocimiento de la obra de García Lorca
“ ― Es una vergüenza, siendo usted la hija de un literato. Dígame, ¿qué clase de libros escribe su padre?
― Novelas de ciencia ficción profe
Entonces el viejito se quedo callado como si le hubiera dicho que Papá era un asesino serial.”
La trama esta contada desde el punto de vista de Andrea, la niña quien nos relata lo que le sucede, y además observamos las historias del doctor Ventosa quien es un científico loco, y la de los cuatro niños que escaparon del laboratorio donde experimentaban con ellos ambas contadas en tercera persona por un narrador omnisciente.
En la historia Andrea es una niña normal del futuro quien va todos los días a la escuela en zeppelín y que, como es normal, se aburre en la escuela, un día va a jugar videojuegos a la casa de su amiga Mariana y cuando Mariana está dormida entra el ladrón de sueños e intenta robarle una pesadilla, Andrea trata de detenerlo y se lanza sobre él , salen del cuarto los dos volando y se estrellan en el sitio donde se encontraban los 4 fugitivos, ellos le cuentan a Andrea que el doctor Ventosa realizaba experimentos con ellos y que el ladrón de sueños busca robarse las pesadillas de los niños y los detecta a través del videojuego.
El libro se divide en partes que se titulan de acuerdo a conceptos relacionados con el sueño como movimientos oculares rápidos, sueño ligero, sueño profundo, pesadilla y al mismo tiempo cada parte se divide en capítulos y la historia se cierra con un epilogo situado veinte años después.
Desde otro punto de vista es contada la historia del doctor Ventosa que de niño fue un amante de los insectos y quien solo teme a las avispas, paso de ser un amante de los videojuegos a un importante científico en el área de la biotecnología, siendo rápidamente promovido hasta ser el director de proyectos de un importante compañía con la que desarrollo la consola de videojuegos y que ahora roba pesadillas de los niños para desarrollar mejores videojuegos.
Mientras tanto con el ladrón de sueños destruido, el doctor Ventosa moviliza a todo su cuerpo de seguridad a la zona para encontrarlo mientras los niños se dirigen al edificio de la compañía para rescatar a dos compañeros que siguen en ese lugar, al llegar se encuentran con un lugar desierto, suben hasta el ultimo piso y ahí encuentran al docto Ventosa
Mientras tanto el ladrón de sueños, dotado con una inteligencia artificial muy capaz, se arrastra hasta una alcantarilla y se comienza a reconstruir.
Andrea reta al doctor Ventosa en un videojuego, si ella pasa hasta el último nivel y vence al monstruo el liberara a los niños y detendrá sus experimentos, pero si ella perite el la usara como sujeto de pruebas, Andrea vence (de una forma muy pirata) y el doctor Ventosa se niega a cumplir y la toma a la fuerza, cuando llega el ladrón de sueños esperando que su creado lo reconozca ahora que se ha convertido en una avispa gigante, con el miedo el doctor suela a Andrea y cae por una ventana desde el piso más alto. Los niños vuelven a su verdadero hogares y Andrea no le comenta esta aventura a su padre sino hasta que es adulta.
Si esta novela fuera un videojuego seguramente recibirá la clasificación teen y si fuera una película le darían una B, ya que la temática está enfocada cuando mucho a adolescentes. Una novela sin sexo, ni desnudos frontales, ni lenguaje adulto. Cumple con su función de entretener pero resulta tan vaga que de a ratos se cae, es como esas películas que pasan en tele abierta entre semana.
La protagonista tiene un crecimiento a lo largo de la historia aunque es un poco antihéroe porque duda respecto a ayudar a los niños y luego al final los ayuda, arriesga su vida y se convierte en una persona más hábil de lo que en realidad se creía o era.
El libro es divertido a ratos y combina la ingenuidad de la adolescencia con las reflexiones obligadas de las novelas futuristas, enumerando así a referencias tan dispares como Wilde y Popeye o Don gato y Dante Alighieri
Al leerla me hace pensar que ya conozco esta historia, es como una combinación entre las películas pesadilla en la calle del infierno y la brújula dorada
Bef, quien seguramente fue un joven adicto a los videojuegos en la época del Atari y el primer Nintendo, realiza este extraño crossover haciendo una novela sobre un videojuego y no un videojuego sobre una novela en un mundo donde los jóvenes prefieren a los videojuegos que a las novelas.
La protagonista y su familia tienen todos un look punk como algunos de los personajes de Bef en sus otros libros, otro aspecto que explota es el flashfoward ubicado muchísimos años en el futuro y colocado en medio de la historia para aportar datos al presente de la misma, el futuro aquí descrito esta basado en la nanotecnología y la biotecnología, siendo estas dos ramas del ciencia la impulsoras del desarrollo en este universo, presentes en los videojuegos hasta en la constitución de los edificios. Los videojuegos de realidad virtual son el eje en torno al que se mueve la historia porque todos los protagonistas comparten su amor por estos. Y otro elemento recurrente en BEf es esta idea de un conglomerado industrial, una superempresa, que elabora productos para casi todas las actividades de las personas, esta compañía en este y otros libros de BEf se llama HumaCorp
Aunque divertida, la historia pierde sentido cerca del final y el desenlace resulta inverosímil, como si la editorial le hubiera cortado a Bef treinta páginas donde aguardaba un final increíble como los que he tenido oportunidad de leerle en otras ocasiones..

Bernardo Fernández, Ladrón de sueños Editorial Almadía, México, 2008, 216 pp.

domingo, 28 de junio de 2009

Casa Purcell

Me encantaba trabajar en la Casa PurcelI: todos los días tenía que abrir la reja; pasar por dos puertas de la entrada; saludar a los del vestíbulo; subir las escaleras y entrar a la biblioteca.

Lo que más amaba era abrir la ventana: la luz del sol iluminaba la habitación; unos pajarillos cantaban en la barda y yo con ellos cual Blancanieves: “¡fffffffff!, ¡fffffff!” (Bueno, no me salía pero me sentía del todo en el siglo antepasado). La mañana trascurría muy lenta y ocasionalmente oíamos crujidos en la duela. Siempre les decíamos las mismas frases: “aquí es tal parte”, “acá Purcell dormía”, “aquí se murió”, “acá se aparece”.

Cuando iba al baño me pasaba a las caballerizas y veía los famosos “túneles” de Saltillo; otras veces iba al sótano que me recordaba mucho el de la antigua escuela de artes plásticas: Nada de luz y arcos de piedra sosteniendo la casa como un calabozo medieval.

Cuando la abrieron era aficionado a ver películas: ahí lloré con dramones; reí con Chaplin y, en una noche neblinosa, tuve miedo con y el bebe de Rosemary proyectado en la cochera; la luna llena saliendo por detrás de la casa; y salir oyendo las campanadas de la torre de catedral.

Me gustaba entrar a la biblioteca por la escalera aledaña (la escalera del servicio); donde hay toda otra casa Purcell casi nunca mostrada al visitante; donde seguramente subió, con vela en mano y llevándole su desayuno, la sirvienta gorda de Purcell.

Por eso no trabajé en el Museo del Desierto todo era muy falso, muy comercial: el primer día llegué con el coordinador y su pelo estaba teñido de rubio. Me di cuenta que eso era todo lo que necesitaba saber sobre el lugar para dame cuenta que yo no pertenecía a ahí.

La casa Purcell era mía, siempre será mía: cuando niño mi padre nos llevo a aquello que se llamaba “Centro Cultural Vanguardia”. Al entrar pensé que estaba en un sueño: era un castillito que siempre había estado ahí, a una cuadra de la catedral; con escalera de castillo, muebles de castillo y balcón de castillo; sin duda era el mejor lugar de la cuidad. Cuando adquirí independencia de mi padre, intenté volver pero la casa estaba cerrada y así permaneció por casi 10 años (Yo soñaba comprarla algún día) hasta que el gobierno la compró y la “restauró” (le quito los muebles originales, el tapiz y el jardín con fuente).

¡Pero es tan 1800! ¡Tan maquina de vapor!, con sus vitrales, su techo anguloso, sus puertas y secretos, porque al estar en la biblioteca ocasionalmente escuchaba chismes de tal funcionario o aquel artista.

En menos de un mes, mi trabajo en la casona había terminado, otra vez dejó de ser mía y volvió a ser ese museo que nadie visita; esa que no sabes si es una casa o un centro cultural. Se volvió tan hermética para mí como lo es para cualquier turista.

jueves, 25 de junio de 2009

Imágenes

DUDA
Amarte y pelear contigo todos los días.

TRISTEZA
El olor de no bañarse, el dolor de no comer, el espejo horrible. Afuera la vida.

ALEGRIA
Tu abrazo en esta fría noche; tu calor en la cama.

SOLEDAD
Cuatro cobertores, la cama muy grande y el frío permanente.

MIEDO
Cuando te hayas ido y no sepa ni prender el boiler.

DOLOR
El peso de tu cuerpo en mis hombros aunque ya no estás.



jueves, 18 de junio de 2009

Mi primer novela


No me parece que usted, señor editor, se niegue a publicar mi novela, sólo porque otras personas la han rechazado, la crítica desfavorable de otros no le resta mérito al contenido.
Muchos críticos han tachado mi novela de ridícula y absurda, pero es comprensible que esto suceda puesto que la protagonista es una mierda, es decir una caca, enamorada de un hombre de negocios.
Usted sabe que los críticos por lo general tienen prejuicios, más aún cuando las protagonistas son del sexo femenino. Pero mi novela es una fuerte crítica al capitalismo disfrazada de una dulce novela rosa ¿Por qué no se niegan entonces, a publicarle las novelas a la Laura Esquivel o la Ángeles Mastretta?
Señor editor ¿es acaso el final lo que no le gustó? En esta época la gente tiene un poco de prejuicios con los finales trágicos pero a mí me parece casi perfecto que nuestra protagonista, la mierdecita, sea aplastada por el objeto de sus deseos, el ejecutivo, al final. ¿Será preciso decirle que las más hermosas obras de nuestra literatura son tragedias?
O es quizá racista su motivo, déjeme explicarle entonces, que mi caca no decidió de qué color iba a nacer y creo que el cerdo que la parió tampoco tenía alguna esperanza de que saliera güerita, porque es la naturaleza de las mierdas de credo nacer morenitas, como usted o como yo. Decidí que la protagonista fuera alguien que se identificara con el común de la población de México.
Debo además aclarar que en el capitulo 42 cuando digo –Todo se fue a la mierda- no lo digo con sentido despectivo es sólo que los demás personajes se acercaron a la protagonista.
¿O es el título de la mierdecilla valiente el que no le gusto? Porque ese sí lo puedo cambiar, yo tenía pensadas otras opciones como “Fuego en la mierda” y “Mierda la fea”.
Esperando que cambie su opinión, me despido de usted.

martes, 16 de junio de 2009

QUERÍA UN HIJO

Mami en una mala foto con hermana bebé


Mi madre es maestra. Cuando estaba embarazada de mí tenía un alumno muy tranquilo y callado llamado Israel. Basada en algún pensamiento mágico, pensó: "quisiera que mi hijo fuese tan calmado como este: llamaré a mi hijo Israel". Pobrecilla, ahí empezó su desgracia: Hasta el día de hoy no me ha podido callar.

Cuando tenía tres años aprendí a escribir. En un arranque de ira me dirigí hacia su cuarto y tallé sobre el respaldo: "tonta". Desde entonces siento que me trae coraje.

Neuróticos ambos, somos tan iguales que cuando pelamos el resto de la familia se aleja, dicen: "ya van a empezar". Ambos somos celosos, aprensivos, nerviosos, preocupados y depresivos.

Mi madre subordinó su vida a la mía y me llevó con psicólogos, doctores y ortodoncistas. Cuando estaba en la primaria coordinaba su turno de trabajo con el de nosotros. Lo que no haría por mí, lo que no ha hecho por mí.

Cuando tenia cinco años le dije a la nana–sirvienta que no quería ir a la escuela, que no me llevara y me pasé todo el día jugando. Cuando madre llegó me golpeó y corrió a la muchacha: no hemos tenido sirvienta desde entonces.

En los viajes a Laredo siempre le digo que no me grite y en lugar de eso me vocea para que todos oigan. Se la pasa leyendo ingles pronunciado al español:

—Mijo, ¿qué significa toilet?

― No, mamá, no lo abras, ¡Noooooooo!

A sus 47 tiene muchas arruguitas en la cara y sospecho haber causado más de la mitad. Tiembla cada vez que le digo: “tengo algo que decirte”. Soy la oveja negra, el negrito en el arroz, la piedrita en el zapato, la espinita, su dolor de cabeza y su consentido.

La entiendo, en mis bolsas ha encontrado paquetes de condones, diversos tipos de cigarros, me ha visto borracho y luego me ha hecho trabajar crudo. A pesar de eso nunca me ha cerrado la casa ni me ha negado la comida.

Nos hemos criado con el paso de los años: me enseñó a leer, escribir y esa cosa del ábaco y yo de mala gana le enseñé Word, Messenger y Hotmail.

Mi papá siempre dice: “No hagas enojar a tu mamá” ella dice: “¿Por qué no me haces caso, cabrón?” y yo digo: “Cállese”. Dice que soy un mamón, un terco, arrogante,, promiscuo, borracho y adicto.

Tantas veces la he hecho llorar que prometí hacerla reír por cada una, pero se volvió una tarea imposible. También la he hecho llorar de felicidad cuando le conseguí trabajo y cuando gané un concurso como uno de los mejores alumnos del estado.

Cuando tenia nueve años estaba harto de su irritante “Fíjate a los dos lados antes de cruzar la calle” y salí corriendo sin voltear más que al frente: un carro me golpeó triándome al suelo. Al abrir los ojos y ver el cielo lo primero que pensé –antes de la muerte y mis heridas- fue: “Mi mamá me va a regañar”.

Algún día tal vez tenga que dejar la casa por cuestiones profesionales: nunca nos hemos separado más de una semana desde que nací, no puedo vivir sin enojarme con ella. ¿Cómo me voy a alejar si estamos cosidos?, ¿cómo puedo odiarla cuando me abraza y dice que soy su bebé?, ¿cómo? Es la relación más larga y más estrecha de mi vida.

A huevo que todas las noches se le aprieta la tripita de angustia hasta que me ve llegar ¡Que flojera tener hijos!